jueves, 15 de octubre de 2015

Una tarde de 1810 | Pearltrees

Una tarde de 1810 | PearltreesUna tarde de 1810

Una tarde lluviosa de 1810

Cuando
llovía en Buenos Aires en la época de nuestra Revolución de Mayo, las
calles se convertían en un verdadero lodazal... ¡y las mujeres, llevando
esos vestidos tan grandes!


BUENOS AIRES EN 1810

La Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo)
fue el escenario donde ocurrieron los principales hechos de la
Revolución. De aquellos viejos edificios, solo el Cabildo se mantiene
todavía en pie, aunque con tres arcadas menos de cada lado.


Buscá en el plano y averiguá quiénes vivían o trabajaban allí:

1 El Cabildo con su fachada completa. Era la sede del

gobierno municipal.

2 La recova dividía la plaza en dos partes iguales. En sus galerías había

comercios.

3
El Fuerte era la sede de gobierno del Virreinato y luego lo fue de la
Junta. También albergaba a las milicias de la ciudad. En este espacio
hoy está la Casa de Gobierno.


4 El viejo edificio de la catedral, luego demolido. En ese sitio se levanta la actual Catedral Metropolitana.

5 Casa perteneciente a la familia Azcuénaga.

6 Vivienda del obispo de la ciudad.

7 Casa de la familia Riglos.

8 Vivienda de la familia Blanco Encalada.

9 Fonda de los Tres Reyes, lugar donde se comía y se pasaba la noche.

10 Templo de San Ignacio.

11 Vivienda del doctor Miguel Olaguer Feliú, descendiente del antiguo virrey de ese nombre.  12 Espacio conocido como "plaza del Mercado o del Fuerte", porque allí se comerciaba libremente todo tipo de productos.

13 Vivienda de la familia Escalada.

14 Casa de la familia Balcarce.

Curiosidades porteñas

¿Creías
que sabías todo sobre la vida en la Buenos Aires colonial? Bueno, aquí
tenés algunas curiosidades que seguro no conocías…


Del tiempo de la colonia


¿Sabías que en la Capital Federal existe la única casa que aún conserva
la arquitectura original de la época del Virreinato? Te invitamos a
conocerla.


La Santa Casa –ubicada en la esquina de la avenida Independencia y Salta
fue fundada en 1795 por María Antonia de la Paz y Figueroa, una
religiosa santiagueña que luchó por mantener los ideales jesuíticos,
luego de que la orden de los Padres de la Compañía de Jesús fuera
expulsada del Virreinato del Río de la Plata. Esta casa, declarada
monumento histórico nacional (y donde hoy funciona un hogar que alberga a
doce menores, mujeres), conserva no solo su estructura original sino el
silencio y la paz de un estilo de vida que ya es historia. Por allí
pasaron, entre otros, Doña Mariquita Sanchez de Thompson, Manuel
Belgrano y Bartolomé Mitre. Caminar hoy por sus patios con aljibes,
celdas, capillas y galerías es como viajar por el túnel del tiempo.


Pase usted El
salón donde se recibían a las visitas tiene muebles del siglo XVIII, un
gran espejo de origen francés (estilo Luis XV) y un reloj inglés de
péndulo marca Gran Father de 1703 ¡que aún hoy funciona a la perfección!


Paredes doble ancho Los
muros, de un metro de espesor (de ladrillos asentados con barro) y sus
enormes puertas de algarrobo no solo daban seguridad, sino que
resultaban un aislante térmico y sonoro.


Agua made in casa En
los numerosos patios internos se destacan los aljibes y una variada
cantidad de árboles y plantas: limoneros, nísperos, estrellas federales,
y magnolias, claveles del aire y jazmines centenarios.


La
heladera colonial Bajo la viga del alero de la cocina hay un gancho y
una roldana grandes. Alli se colgaban fiambres, quesos y también las
medias reses que iban cortando y salando para que se conserven más
tiempo.


A misa Debajo del campanario (de tres campanas) que domina uno de los patios principales, hay empotrado un reloj de sol.

En
la palmera Los techos de las habitaciones y galerías están hechos de
ladrillos unidos con adobe y estiércol, sostenidos por vigas de palmera y
urunday. Para conservarlos de la humedad se los unta con grasa de vaca.


Luis Freitas. Ilustró: Damián Zain. Fotos: Carlos Lorenz.

Autoridades del Virreinato

El
Virreinato del Río de la Plata abarcaba un enorme territorio. Como te
imaginarás, gobernarlo no era nada fácil. Hacía falta toda esta gente…


El
rey. Justamente fue un rey, Carlos III, el que creó el Virreinato del
Río de la Plata en 1776. El rey vivía en España y era la autoridad
máxima.


El Consejo de Indias. Este organismo era muy
poderoso: el tribunal supremo y, como tal, se encargaba de dictaminar
sobre los asuntos judiciales que le llegaban de las audiencias
coloniales y los que iban hacia las Indias (así se la llamaba a América)
desde la Casa de Contratación.


La Casa de Contratación. ¿Y
de qué se encargaba la Casa de Contratación? Nada más y nada menos que
de controlar los temas comerciales, recaudar impuestos y de recibir el
oro y la plata que llegaban de las Indias.


El Virrey. Era
el máximo representante del rey en las Indias. Tenía que administrar su
virreinato haciendo lo que le indicaban desde España y, cuando
terminaba su mandato, tenía que demostrar que "había hecho bien los deberes" (a eso se lo llamaba Juicio de Residencia).


La
Aduana.Se encargaba de controlar todos los productos que llegaban y
salían del Virreinato. Como los españoles practicaban el monopolio (las
Indias sólo podían comerciar con España), la Aduana era fundamental para
evitar el contrabando.


La Audiencia. En cierto
sentido este organismo era como el equivalente al Consejo de Indias pero
en América. ¿Por qué? Porque se encargaba de los temas judiciales y
legales, aunque la decisión final siempre la tenía el Consejo de Indias.
¡Ah! También podía reemplazar al virrey si éste se enfermaba o moría.


El Consulado.Tenía la obligación de fomentar el trabajo en el campo y apoyar los emprendimientos comerciales en el Virreinato.

Gobernadores Intendentes. Como
el Virreinato era tan grande (abarcaba Argentina, Uruguay y partes de
Bolivia y Brasil) se lo dividió en ocho intendencias y cuatro
provincias. Los gobernadores intendentes administraban sus respectivas
intendencias.


 Gobernadores de Provincia. Las
cuatro provincias estaban ubicadas en los límites del Virreinato y
siempre existía el riesgo de que fueran atacadas por los portugueses.
Por eso se nombraban militares para gobernarlas.


¿Quién fue EL VIRREY CEVALLOS? (1715-1778) Pedro
de Cevallos Cortés y Calderón fue un teniente general del ejército
español. Entre 1757 y 1767 gobernó Buenos Aires, y en 1776 fue nombrado
virrey del Río de la Plata.

Cevallos fue el primer virrey del
Río de la Plata. Cuando estaba a punto de zarpar desde España hacia
América, con 99 barcos y 9 mil soldados, para combatir a los portugueses
que habían invadido territorio español, el rey decidió nombrarlo virrey
para darle mayor autoridad y libertad de acción. Debía instalarse en
Buenos Aires y gobernar. Y así lo hizo. Después de vencer al enemigo en
el territorio que hoy ocupa Uruguay, se dedicó a administrar la colonia.
Estableció la libertad de comercio en el puerto y entre las provincias,
dio estímulos a la agricultura y reglamentó el trabajo de los peones
fijando horarios, salarios y alimentación. En 1778 fue reemplazado en el
cargo por el virrey Vértiz.


Llegada a Buenos Aires

¡Qué suerte!”,
habrá pensado don Pedro al enterarse de que iba a ser virrey. ¿Suerte?
No tanta... Cevallos fue representante del rey, pero no pudo tener un
palacio, ni tierras para trabajar, ni corte, ni lujo a su alrededor.
Vivió en Buenos Aires, en aquel momento una aldea chata al borde del
río, lejos de la sofisticación europea. Su llegada fue poco alentadora:
el barco ancló a unos kilómetros de la costa debido a la poca
profundidad del río, entonces se subió a un bote que lo llevó hasta una
carreta para alcanzar por fin tierra firme. Se instaló en una ciudad
rodeada de una gran llanura, habitada por indios hostiles, azotada por
vientos que muchas veces la sepultaban, por días enteros, en nubes de
polvo.


¡Chin chin! Se sospecha que al llegar a Buenos
Aires, Cevallos no brindó con agua. En aquel momento se bebía agua
extraída del Río de la Plata, en ciertas ocasiones de zonas concurridas
por lavanderas y bañistas, y antes de ser ingerida debía dejarse en
reposo durante al menos 24 horas para que decantara el sedimento barroso
que le daba un cierto color marrón. También existían los aljibes, pero,
como los pozos no eran profundos, el líquido obtenido resultaba
considerablemente salado.


25 de Mayo de 1810
MAPA VIRTUAL


25 de Mayo de 1810
LA VIDA COTIDIANA EN LA COLONIA ACOMPAÑADA DE ILUSTRACIONES.


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