lunes, 23 de enero de 2017

Elamitas | Historia Mundo

Elamitas | Historia Mundo


















Elamitas



Orígenes

Las investigaciones han determinado que los elamitas se hacían llamar
asimismo como “haltamti”. Lo que sucede es que como primero fueron
conocidos a través de sumerios y acadios, los cuales los llamaban elam y
elamu, respectivamente, fueron de estos apelativos de donde derivó el
término conocido por nosotros ahora. En la Biblia y en las fuentes
legadas por los persas también son mencionadas. En realidad es debido a
los aqueménidas, y más tarde a los helenos, cuando los elamitas son
conocidos como los primeros habitantes de Elam, la tierra donde se
asentaba Susa, la ciudad capital de este pueblo.


La historia del estado nación elamita es sin duda alguna difícil de
reconstruir. Antes que nada debemos tener en cuenta una periodización
basada en investigaciones por un lado arqueológicas, y por otra parte
históricas. Estas últimas son algo controversiales y los historiadores
intentan ser lo más objetivo posibles, pues por lo general están
escritas por sumerios, acadios u otros pueblos que ocuparon Mesopotamia.
Los eruditos además creen que ciudades tan importantes como Susa ya
habían sido fundadas hacia el 4 mil a.n.e. (algunos lanzan la cifra de
hasta 5 mil a.n.e.), pues al estar esta tan cerca de Mesopotamia, la
influencia que percibió medió entre los pueblos que habitaron esta
región y los elamitas mismos. Se estima que los habitantes de Susa en un
inicio recibieron influencia de Uruk y también de algunas naciones más
orientales que aquellos que habitaron Elam misma. Finalmente por los
restos encontrados, tal parece que el período Proto-elamita llega a su
fin con la dinastía Awan hacia el 2700 a.n.e. Como era de esperarse, las
fuentes sumerias o acadias son las que hablan acerca de esta etapa
dejando muchas dudas.

Luego siguió el Periodo del Elam Antiguo a partir del 2700 a.n.e.,
cuando Enmebaragesi de Kish lo adhiere a su área de influencia. Durante
estos años es que surge la citada Dinastía Awan y luego le sigue la
Dinastía Simash. Estos datos fueron encontrados en Susa cuya fuente data
del Primer Imperio Babilónico. Durante este período la historia
presenta muchas dudas y hechos inciertos. Tal parece que Elam pasó
algunos períodos de dominación por varios reyes sumerios. Después,
Sargón de Acadia derrotaría al rey de Awan, Luhi-ishan, sometiendo
inclusive Susa, y tan serias eran sus intenciones, que hasta decidió
imponer allí el lenguaje acadio. En los siguientes años hubo un período
no sólo de imposición cultural, sino también de gran auge comercial. En
efecto, los acadios mesopotámicos se mostraron muy interesados en muchos
recursos que hallaron en las actuales tierras de Irán.

Pero las tierras de Elam siempre fueron inquietas y muy independientes
tanto en identidad como en política. Aprovecharon la debilidad del
imperio Acadio cuando Shar-kali-sharri ascendió al trono y los elamitas
volvieron a declarar su independencia, inclusive despreciando el uso del
idioma acadio. Sin embargo el último rey de la Dinastía Awan,
Kutik-inshushinnak y su gloria no duraron mucho a pesar de tomar Susa o
Anshan. Si bien los elamitas pensaron que había llegado la hora de una
nueva etapa, no pasó mucho tiempo hasta que arribasen los Guti, los
cuales sometieron parte de Mesopotamia. En las tierras elamitas se
estableció la Dinastía Simash, la cual debió enfrentar etapas de
dominación sumeria (la cual podía variar según la ciudad) y de los
gutis. Sin embargo los elamitas saquearon la ciudad de Ur, cuando Ibbi
Sin (último rey de Sumeria ya Acadia de la III dinastía de Ur) era su
rey, acabando con la III dinastía de esa urbe. Los de Isin, la ciudad
hegemónica en Mesopotamia que la reemplazó, arregló con los elamitas
para que puedan retirarse. La Dinastía Eparti fue la siguiente en regir
el mundo de Elam. No se tienen fechas exactas pero tal parece que fue
contemporánea con la Dinastía Amorrea de Babilonia. Si bien los elamitas
se consideraban libres, los mesopotámicos buscaban apoderarse de Susa.
En los años siguientes, los reyes de Elam intentaron demostrar su poder
sobre sumeria pero la aparición de Hamurabi en Babilonia enterró todos
sus planes. No se sabe mucho más del linaje Eparti, pues cuando los
casitas llegaron a Babilonia sometiéndola por la fuerza, muchos
documentos se perdieron.


Desarrollo

A esto siguió el Período Elamita Medio. Empieza alrededor del año
1500 a.n.e. y en esencia busca aprovechar la decadencia de Babilonia y
de Mesopotamia en general, para afirmar de una vez por toda una
identidad elamita única centralizada en la ciudad de Susa. Es un período
que dura aproximadamente quinientos años y atraviesa por tres
dinastías: los Kidinuids, los Igihalkids y los Shutrukids. Bajo estos
linajes se ve el traspaso también desde el acadio al idioma elamita
propio, acaso el rasgo más distintivo de identidad que tenía un pueblo
en aquellas épocas. Pero hemos citado a los casitas, los cuales se
trajeron abajo el Primer Imperio Babilónico. Obviamente, la cercanía
entre ambas naciones no pudo andar siempre en buenas relaciones. Según
algunas evidencias, el rey casita Kurigalzu II dominó temporalmente Elam
al igual que su homónimo Kashtiliash IV el cual originó una guerra. Los
monarcas elamitas se mostraron firmes en su idea de evitar toda
dominación extranjera y finalmente consiguen rechazar la influencia
casita. Esto los llevó a conformar un estado que se asentaba sobre un
área considerable.

Con los Shutrukids, la nación elamita pudo instaurar un imperio en todo
el sentido de la palabra. Estamos hablando aproximadamente del siglo XII
a.n.e. El rey más importante de esta época es Shutruk-Nakhkhunte, al
igual que sus tres sucesores e hijos, arremetería contra los casitas
causándoles muchos aprietos. De hecho, este monarca consiguió asaltar la
Baja Mesopotamia, incluida Babilonia, de donde sus tropas se llevaron a
Susa trofeos importantes tales como el Código de Hamurabi, la estela de
Naram-Sin o la Estatua de Marduk. El hijo y sucesor, llamado Kutir
Nakhkunte al parecer inclusive llegó a reinar en Babilonia alrededor de
tres años cuando el soberano casita de entonces fue derrotado. El hijo
de éste asimismo fue Khutelutush-inshushinak, quién mantuvo guerras con
Babilonia, y esta ciudad recuperó la preciada estatua de su dios
preferido Marduk. Si bien Susa quedó indefensa, éste rey huyó a Anshan
desde donde gobernó algún tiempo. Su hermano Shilhana-Hamru-Lagamar, fue
el último soberano de esta gran dinastía, la cual, tras su fin, el
poder del Imperio Elamita desapareció casi por completo. Lo que es más,
ingresó en un período de oscurantismo por alrededor de tres siglos de
los cuales no se sabe mucho.


Decadencia

Finalmente tenemos al Período Neo-elamita, donde se manifiesta la
decadencia total de esta nación y su imperio, el cual en su mejor
momento estuvo a punto de poder llegar a ser el dominante de Mesopotamia
y el primero en extender sus territorios más allá. Pero la historia
tenía otros planes. Como ya hemos hecho mención, aproximadamente entre
el 1100 al 770 a.n.e. no se conoce mucho acerca de Elam, salvo de una
alianza establecida con los babilonios en contra del creciente poder
asirio. En las siguientes décadas y siglos se sabe acerca de
inmigraciones de pueblos del este, los que se asentaron sobre los
futuros territorios que medos y persas exigirían como suyos. En el siglo
VIII a.n.e. los elamitas buscaron librarse del poder creciente de
Asiria, inmiscuyéndose en la política mesopotámica, sobre todo apoyando a
los sentimientos siempre independientes de los babilonios, lo cual
despertó los recelos del rey asirio Sargón II, quién buscó acabar con la
influencia de Elam de una vez por toda. En efecto, cuando Senaquerib
derrotó a Babilonia, allí se acabaron las esperanzas de detener el
creciente poder asirio.


Shutruk-Nakhkhunte II fue el último monarca elamita en clamar el
título de Rey de Anshan y Susa. Fue muerto por su hermano Khallushu.
Éste también murió por mano de otro, Kutir-Nakhkhunte, y asimismo fue
sucedido por Khumma-Menanu III, el cual reunió un ejército que se unió a
los babilonios para pelear contra los asirios en la Batalla de Halule
en el 691 a.n.e. No se tiene claro cuál fue el resultado pues ambos
bandos reclamaron la victoria en sus anales, sin embargo Senaquerib era
un rey asirio implacable que dos años más tarde destrozaría Babilonia.


En el trono elamita siguieron Khumma-Khaldash I y su sucesor
Khumma-Khaldash II fueron testigos del declive general del imperio y del
inicio de las malas relaciones con Babilonia, lo cual sólo fue
aprovechado por Asiria, si bien este imperio ya estaba atravesando su
etapa final. En los años siguientes los reyes elamitas fueron declarados
enemigos de casi toda Mesopotamia. Sin embargo sería Asurbanipal el que
contraatacaría y tomó Susa. La ciudad fue después saqueada así como
otras urbes de importancia en Elam, región la cual hacia el 646 a.n.e.
estaba ya en decadencia e ingresa a su etapa final. El último rey
elamita Khumma Khaldash III fue capturado en el año 640 a.n.e. por el
citado Asurbanipal, el cual terminó por devastar al país. Como buen rey
asirio que era, se vanaglorió en una tablilla narrando su campaña de
aniquilamiento en Elam. Se burló de sus dioses, templos y hasta menciona
haber reducido el zigurat de Susa. Hasta los cuerpos de los reyes
elamitas de antaño fueron profanados.


Cuando los babilonios instauraron su segundo imperio después de
devastar Nínive y el poder asirio con ayuda de los medos, los
territorios ocupados por los elamitas al parecer estaban divididos en
pequeños reinos. Los últimos reyes de este país siguieron buscando el
reconocimiento como monarcas de Anshan y Susa, aunque éste era ya
meramente virtual. Tempti Khumma in Shushinak fue uno de los últimos
elamitas que se reclamó para así el título de rey, título el cual ya no
tenía ni rastros de la gloria de antaño. En el año 540 a.n.e. los
aqueménidas ya controlaban el país conocido como Elam, y lo adhirieron a
su imperio en crecimiento desapareciéndolo como entidad política en la
historia. Sin embargo algunos investigadores aún le dan una oportunidad.
En efecto, con el pasar de los siglos la lengua elamita fue el rasgo
más distintivo de este pueblo y los persas la acogieron como una de las
oficiales. Por otra parte la urbe de Susa también fue muy importante
para los aqueménidas y muchos en ocasiones la ven como una de origen
persa, lo cual es incorrecto. Tiempo más tarde, la lengua elamita
sobrevivió evolucionando con el tiempo y terminó fusionándose con otras
de la región. Además, cuando el Imperio Parto se instaura, existía una
región libre de nombre Elymaida, la cual muchos investigadores creen es
una especie de renacimiento del pueblo elamita. Por si fuera poco,
durante el Imperio Persa Sasánida, hacia el siglo III d.n.e. Elam aún
era una región conocida como tal, casi en los mismos territorios de
antaño, y por aquellos tiempos aún se usaba su escritura y algunos
dialectos derivados de su lengua. Tal parece que sólo desapareció por
completo con la llegada del Islam y la expansión del idioma árabe…


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