lunes, 23 de enero de 2017

De Asiria a Iberia en los albores de la Época Clásicadel 22 de septiembre de 2014 al 4 de enero de 2015 | The Metropolitan Museum of Art

De Asiria a Iberia en los albores de la Época Clásicadel 22 de septiembre de 2014 al 4 de enero de 2015 | The Metropolitan Museum of Art












De Asiria a Iberia en los albores de la Época Clásica
del 22 de septiembre de 2014 al 4 de enero de 2015

Openwork ivory plaque with striding sphinx
Dónde: sala Iris and B. Gerald Cantor Exhibition Hall (segundo piso)

Presentación a los medios de comunicación: lunes, 15 de septiembre, de 10:00 h a 12:00 h de la mañana



El Imperio Asirio —en su apogeo entre los siglos VIII a VII a. C.— era
la potencia dominante del antiguo Oriente Próximo, y el imperio más
grande del mundo hasta ese momento. Abarcaba una franja continua de 1600
kilómetros entre Asiria (actual norte de Irak) y el Mediterráneo. A
medida que Asiria fue expandiéndose, las ciudades-estado fenicias del
Levante —asentadas precariamente a lo largo de la frontera del
territorio asirio— se vieron obligadas a ampliar y fortalecer sus redes
de comercio marítimo hacia el oeste. Las conexiones mercantiles que
establecieron por toda la costa norte de África y desde la costa sur
europea hasta el estrecho de Gibraltar y más allá, hacia el Atlántico,
se convirtieron en conductos para el tránsito de materias primas,
objetos de lujo, imágenes e ideas entre Oriente Próximo y el
Mediterráneo. 


Esta histórica exposición del Museo Metropolitano de Arte, De Asiria a Iberia en los albores de la Época Clásica
, que abre al público el próximo 22 de septiembre, traza a través de
unas 260 obras de arte (préstamos de las colecciones más relevantes de
Europa Occidental, el Cáucaso, Oriente Próximo, Norte de África y
Estados Unidos) las profundas raíces de la interacción entre el antiguo
Oriente Próximo y las tierras próximas a  las costas mediterráneas, así
como su impacto en las tradiciones artísticas que se desarrollaron en la
región. Lógicamente, pueden observarse —como, de hecho, se observarán—
paralelos entre las piezas de esta muestra y las que integran la
colección permanente del Departamento de Arte Antiguo de Oriente Próximo
del propio Museo Metropolitano.


Para la organización de este gran evento, el Museo ha contado con el
imprescindible apoyo de las siguientes organizaciones y personalidades:
Hagop Kevorkian Fund, Stavros Niarchos Foundation, y Dorothy y Lewis B.
Cullman, así como con el respaldo adicional de Anonymous Foundation y
Friends of Inanna. La exposición cuenta asimismo con fondos aportados
por el Federal Council on the Arts and the Humanities (Consejo Federal
para las Artes y las Humanidades).


Entre las obras expuestas, provenientes de 41 museos de 14 países, se
cuentan monumentales esculturas, relieves murales, marfiles tallados
con auténtica maestría, orfebrería fina y joyas de lujo, todos ellos
creados por antiguos artesanos de Oriente Próximo y la región
mediterránea.


Resumen de la exposición


La muestra está estructurada en torno a tres temas principales: la
expansión terrestre de Asiria desde el norte de Mesopotamia hacia el
oeste mediante conquistas militares en los albores del primer milenio a.
C.; la expansión fenicia por vía marítima, a través del desarrollo de
relaciones comerciales y fundación de colonias, y, por último, la
adopción y adaptación de imágenes y técnicas de Oriente Próximo por
parte de artesanos del Mediterráneo occidental. Una última galería
mostrará obras que reflejan el "traspaso" de poder a Babilonia tras el
saqueo de Nínive (la capital asiria) en el año 612 a. C. En ella se hace
referencia a pasajes relevantes de la Biblia, poemas épicos de Homero y
otros textos que hacen alusión a personajes históricos, lugares,
costumbres y acontecimientos representados en esta exposición.


La expansión de Asiria

A principios del primer milenio a. C., los reyes asirios comenzaron a
avanzar hacia el oeste promoviendo campañas militares anuales. Con cada
nueva conquista, las arcas asirías se abastecían de inmensas cantidades
provenientes de botines y el cobro de tributos: tanto materias primas
como objetos de lujo. Las ciudades que se sublevaban o se negaban a
pagar el impuesto eran atacadas y saqueadas. Grandes segmentos de la
población de los pueblos conquistados fueron expulsados de sus tierras
de origen y reasentados en otras zonas por la fuerza. Esta agresiva
política expansionista de Asiria se refleja en muchas obras del arte
oficial de la época, creadas para celebrar y glorificar los éxitos de
sus reyes.


Una de las primeras obras monumentales que se exhiben —un raro
ejemplo de escultura asiria circular que ha llegado hasta nuestros días—
es una estatua del rey asirio Asurbanipal II (reinado: 883–859 a. C.).
Asurbanipal consolidó el reino heredado de su padre, exigió tributos y
sofocó brutalmente la rebelión. Su estatua se talló en piedra que
probablemente se trajo de una campaña militar en el extranjero. Una
inscripción cuneiforme en el torso registra las campañas del rey en el
oeste, que llegaron hasta el "Gran Mar": el mar Mediterráneo. En el
Pabellón de Escultura Asiria del Museo Metropolitano (Galería 401) se
pueden contemplar relieves del palacio de Asurbanipal en Nimrud.


Asimismo, en un friso de su palacio en Nínive se encuentran múltiples
escenas de los ejércitos del rey Asurbanipal (reinado: 668–631 a. C.)
derrotando a los elamitas. Elam, al suroeste de Irán, era enemigo de
Asiria desde hacía muchos años. También puede verse a Asurbanipal
participando en un festín, reclinado sobre una especie de diván que
parece haber sido cubierto de paneles de marfil ornamentales, similares a
la gran cantidad de incrustaciones de marfil para mobiliario que
llegaron a los almacenes del palacio fruto de botines o tributos, o bien
fueron producidos por artesanos asirios; en las inmediaciones, se
pueden admirar algunos ejemplos destacados.


Pero las corrientes artísticas también se movieron en sentido
contrario: de Asiria hacia el exterior. El contacto frecuente, por lo
general hostil, entre Asiria y Urartu —el reino bíblico de Ararat, que
corresponde a la actual Armenia, el este de Turquía y el noroeste de
Irán— impulsó una considerable influencia de los asirios en el arte
urartuano. La exposición cuenta con obras de Urartu que incorporan
motivos asirios bien conocidos, tales como espíritus guardianes alados y
árboles sagrados.                                              


En Oriente Próximo, era frecuente erigir estatuas de divinidades
sobrenaturales que custodiaban las entradas de edificios monumentales.
En Asiria, estas estatuas solían adoptar la forma de una criatura
híbrida con elementos de un león alado o un toro y la cabeza de un
hombre. Un ejemplo de este tipo de estatuas, formadas por diferentes
criaturas, es El Hombre Pájaro-Escorpión, de la ciudad aramea de Guzana (actual Tell Halaf) al norte de Siria, que cumplía igualmente una función protectora.


El Levante mediterráneo, que incluía los reinos de Judá e Israel, se
ubicaba junto a la frontera suroeste del imperio asirio. Asimismo, había
ciudades-estado filisteas ubicadas en la costa, y todos estos reinos
intercambiaban ideas y objetos con las ciudades fenicias del norte. La
exposición incluye una inscripción con la única verificación no bíblica
de la existencia de la Casa de David. Los marfiles tallados de Samaria
—la capital israelita y ciudad bíblica del rey Ajab y su esposa Jezabel—
son de estilo fenicio y sirio, y reflejan la interacción con sus
vecinos fenicios y arameos.


Las deportaciones masivas que se realizaron durante el primer milenio
a. C. —por los asirios y, más tarde, por los babilonios— afectaban a
las poblaciones de muchos pequeños estados asentados dentro de los
imperios: como era el caso de Judá e Israel. Unas inscripciones que
describen cómo Senaquerib destruyó 46 ciudades de Judea, deportó a más
de 200.000 personas, y exigió el pago del tributo a Ezequías, rey de
Judá, reflejan de forma asombrosa la descripción bíblica de estos mismos
hechos; descripción que remarca asimismo el "éxito" de Ezequías, quien
consiguió que Senaquerib no saqueara Jerusalén.


Expansión fenicia

Los fenicios, cuyos navíos hizo famosos Homero en su Odisea,
eran emprendedores, gentes de mar y maestros navegantes que recorrían
el Mediterráneo en rápidos y robustos barcos mercantes, generalmente
para buscar fuentes de minerales metálicos por el Mediterráneo
occidental. Establecieron puestos comerciales y colonias en toda la
zona, y también en Cartago, en la costa del norte de África. Las
materias primas que adquirían los fenicios se transformaban en artículos
de lujo muy demandados por todo el antiguo Oriente Próximo y la región
del Mediterráneo. Los artesanos fenicios incorporaban en sus obras una
hábil combinación de elementos de varias culturas: los más destacados,
los motivos egipcios.


Los comerciantes fenicios disfrutaban asimismo del monopolio
comercial de la muy codiciada Púrpura de Tiro, un tinte que se extrae de
la concha del murex (de hecho, la palabra fenicio deriva de la
antigua palabra griega πορφύρα, que significa "púrpura"). Además, este
pueblo introdujo su alfabeto fonético —el precursor del alfabeto
utilizado hoy día en todo el hemisferio occidental— por todo el
Mediterráneo.


Las ciudades principales de Fenicia —Tiro, Sidón, Biblos y Arados o
Arwad— se asientan sobre una estrecha franja de tierra y en las islas
del litoral a lo largo de la costa de los actuales Líbano y Siria.
Gracias a su actividad comercial, estas urbes llegaron a ser muy ricas.
Aunque hacia el este una cadena montañosa los separaba de los asirios,
una inscripción de una banda de bronce de una antigua puerta de Balawat
reproduce una escena que representa al pueblo de Tiro rindiendo homenaje
al rey Salmanasar III (reinado: 858–824 a. C.) en unos barcos
típicamente fenicios llamados "hippoi" por las cabezas de caballo que
lucían en popa y proa.


Chipre era rica en yacimientos de cobre, un recurso que había sido
clave durante mucho tiempo para las potencias de Oriente Próximo; para
los fenicios, esta isla constituía además el puerto de partida de las
rutas al Lejano Oriente, que atravesaban el Mediterráneo. La colonia
fenicia de Citio (actual Lárnaca) era especialmente interesante. La
fuerte presencia fenicia en la zona se refleja en las magníficas joyas
de oro que adornan la tumba de un personaje de la élite, y que datan de
finales del siglo VIII a. C. También se encontró en Citio una estela que
representa al rey Sargón II (reinado: 722–705 a. C.), clara prueba de
los intereses que tenía los asirios en la isla. Aparentemente, Sargón
consiguió cobrar tributos a los reyes chipriotas, pero su supuesta
afirmación de que controlaba Chipre es vista con escepticismo por la
mayoría de los historiadores.


Adopción de tradiciones artísticas propias de Oriente Próximo

En los yacimientos arqueológicos por todo el Mediterráneo se
han encontrado objetos ornamentados con motivos populares en Oriente
Próximo, tales como esfinges, aves con cabeza humana, grifos y la
"Señora de los Animales", entre otros muchos. En algunos casos, los
objetos se fabricaron en Oriente Próximo —o tal vez fueran realizados
por artesanos orientales residentes en el oeste—, pero con frecuencia
eran producidos localmente por artesanos que incorporaban imágenes de
estilo oriental a su propio repertorio.                  


En los albores del primer milenio a. C., también comenzaron a
aparecer representaciones de una diosa de Oriente Próximo —Astarté o
"Ashtart" en fenicio— en varios lugares de la cuenca del mediterráneo,
llevadas allí por los propios fenicios. Esta diosa tendría más adelante
un impacto significativo en el oeste, donde distintos aspectos de su
personalidad se incorporaron y adaptaron a la imagen de la diosa griega
Afrodita.

En una serie de importantes santuarios griegos antiguos —entre ellos
Olimpia, Delfos y el santuario de Hera en Samos— se encontraron
distintas ofrendas extranjeras. El número de bronces y marfiles
extranjeros hallados en Samos —provenientes de varias partes de Oriente
Próximo y Egipto— es poco habitual y arroja luz sobre la extraordinaria
complejidad de la interacción que bullía en estos enclaves rituales.


Una famosa ofrenda a Delfos fue un trono otorgado por el rey Midas de
Frigia, en Anatolia. Según Herodoto, esta fue la primera vez que una
personalidad no griega realizaba una ofrenda al templo. Se ha sugerido,
asimismo, que una fascinante estatuilla de marfil conocida como el
"Domador de leones" de Delfos podría incluso provenir del propio trono.
También de Delfos han llegado hasta nuestros días láminas de oro
labradas con imaginería inspirada en animales de Oriente Próximo, que
tal vez antaño adornaran los ropajes de estatuas divinas como Apolo, su
hermana Artemisa, y su madre, Leto.


El increíblemente vasto alcance del comercio en este período queda
demostrado, por ejemplo, en la exhibición de varias conchas estriadas de
tridacna (comúnmente conocida como "almeja gigante") de gran tamaño,
decoradas con grabados de formas humanas y vegetales. Probablemente
utilizadas como envases para productos cosméticos, las conchas en sí
mismas procedían del Mar Rojo, el Golfo Pérsico y el Océano Índico y sus
tallas se realizaron probablemente en el Levante mediterráneo. Los
ejemplos que se exponen en esta muestra fueron hallados en Babilonia,
Asiria, Grecia y Etruria.


En algunas tumbas de importantes personajes de la época en Grecia e
Italia se descubrieron mercancías orientales y objetos de Oriente
Próximo fabricados localmente con tendencias orientalizantes: entre
ellos, monumentales calderos con cabezas de animales jalonando sus
bordes. Un ejemplo excepcional, hallado en Salamina (Chipre), es una de
las obras fundamentales de la muestra. Herodoto deja constancia de cómo
los marineros comerciantes de Samos dedicaron un único caldero de estas
características —en este caso, con cabezas de grifos— al santuario de
Hera. Otro préstamo clave de la exposición son varias obras del Tesoro
del Carambolo, que no suele mostrarse habitualmente. Descubierto cerca
de Sevilla (España), el tesoro se compone de excepcionales joyas de oro
finamente trabajado, que refleja tanto el estilo fenicio como las
propias tradiciones metalúrgicas locales. El reciente descubrimiento de
un enclave ritual en esta zona ha proporcionado a los estudiosos unos
antecedentes de tipo social que contribuyen a una mejor comprensión de
estos espectaculares objetos.


El corazón de este sistema mediterráneo latía al ritmo de sus navíos.
La exposición incluye descubrimientos procedentes de embarcaciones que
naufragaron en las costas de España: así, por ejemplo, trabajos en
metal, pesos, un altar fenicio y colmillos de elefante con inscripciones
de los nombres de los dioses y diosas fenicios.


Babilonia toma el poder

Después de tres siglos de dominio asirio, Babilonia se alió con los
medos del oeste de Irán y provocaron la paulatina retirada y derrota
final de los ejércitos asirios, hasta, en última instancia, llegar a
atacar y destruir la ciudad de Nínive. Nabucodonosor II (reinado:
604-562 a. C.) reconstruyó Babilonia a gran escala, y se esforzó por
hacerse un lugar privilegiado en la Historia. La muestra expone una
serie de estelas que cuentan la historia de la transición del poder de
Asiria a Babilonia.


La exposición presenta un modelo de la famosa Puerta de Ishtar y la
Vía Procesional de Babilonia, junto con varios relieves auténticos de
estos monumentos. Babilonia era un centro político, económico y cultural
a nivel mundial; pero en términos estrictamente mesopotámicos,
Babilonia era una ciudad santa y el culto tenía una especial
importancia. La Babilonia de Nabucodonosor no solo fue la culminación de
la época imperial de Mesopotamia, sino también la referencia para
muchas tradiciones posteriores. Una sección de la exposición explora
este legado a través de imágenes tales como la Torre de Babel o el
festín de Baltasar, así como otros temas bíblicos famosos de este
período: el Templo de Salomón y el saqueo de Jerusalén por Babilonia,
entre otros.


Catálogo y programas complementarios

La exposición viene acompañada por su correspondiente
catálogo, abundantemente ilustrado y muy útil tanto para estudiantes y
académicos como para el público en general. Editado por Joan Aruz
(curadora principal), Yelena Raki (curadora asociada) y Sarah Graff
(curadora asistente), todas ellas adscritas al Departamento de Arte
Antiguo de Oriente Próximo del Museo Metropolitano, el volumen incluye
ensayos firmados por expertos en arte y cultura antiguos de Oriente
Próximo y el Mediterráneo pertenecientes a los principales museos,
universidades y otras instituciones de investigación de todo el mundo.
Su publicación corre a cargo del propio Museo Metropolitano y su
distribución, a cargo de Yale University Press. El catálogo se pondrá a
la venta asimismo en las librerías del Museo (formato de tapa dura, con
un precio de 65 dólares).


Este catalogo se ha hecho realidad gracias a las siguientes
instituciones: The Andrew W. Mellon Foundation, The Hagop Kevorkian Fund
y A. G. Leventis Foundation.


Asimismo, para complementar la exposición se ha organizado una serie
de programas educativos. Así, por ejemplo, programas infantiles y
familiares, charlas en galerías, conferencias, un programa denominado Sunday at the Met (Domingo en el Museo Metropolitano)
y un taller para profesionales de educación secundaria. El programa
académico incluirá un simposio de dos días con los principales
especialistas internacionales en la materia, un "día especial dedicado a
los académicos" y una serie de conferencias a cargo de especialistas.


El simposio cuenta con el inestimable apoyo del fondo The Charles K. Wilkinson Lecture Series.


Por otra parte, podrán realizarse visitas con audioguías como parte
del programa "Audioguía del Museo", disponible mediante pago de 7
dólares (6 para socios del Museo y 5 para niños menores de 12 años).


La Audioguía ha contado para su realización con el apoyo de Bloomberg Philanthropies.


La exposición se presentará asimismo en la web del Museo:www.metmuseum.org.

A través de una serie de frecuentes comentarios en nuestro blog,
distintos especialistas abordarán temas como: monstruos, antiguos y
modernos, incluido el demonio mesopotámico pazuzu y su papel en la
imaginación popular (apareció en la película El Exorcista);
influencias asirias y babilónicas sobre la arquitectura de la ciudad de
Nueva York; el uso de sellos cilíndricos en la antigüedad; el color en
el arte y la arquitectura del antiguo Oriente Próximo, y aquellos
objetos de la colección permanente del Departamento de Oriente Próximo
del Museo que están relacionados con la exposición


La exposición está organizada por Joan Aruz, curadora jefe del
Departamento de Arte Antiguo de Oriente Próximo. El diseño de la nuestra
ha corrido a cargo de Michael Batista, gerente de Diseño de
Exposiciones; los gráficos llevan la firma de Sophia Geronimus, gerente
de Diseño gráfico, y la iluminación se debe a Clint Ross Coller y
Richard Lichte, gerentes de Diseño de iluminación, todos ellos adscritos
al Departamento de Diseño del Museo.


Assyria to Iberia at the Dawn of the Classical Age (De Asiria a Iberia en los albores de la Época Clásica),
muestra que recorre los albores del primer milenio a. C., es la tercera
de una serie de grandes exposiciones organizadas por el Museo
Metropolitano, con sus catálogos correspondientes, y cada una de ellas
centrada en el arte y las interconexiones regionales durante épocas
concretas de la historia del antiguo Oriente Próximo. La primera
muestra, Art of the First Cities: The Third Millennium B.C.
from the Mediterranean to the Indus (El Arte de las primeras ciudades:
el tercer milenio a. C., desde el Mediterráneo hasta el Indo)
, se ofreció al público en 2003, y la segunda, Beyond
Babylon: Art, Trade, and Diplomacy in the Second Millennium B.C. (Más
allá de Babilonia: arte, comercio y diplomacia en el segundo milenio a.
C.,
entre 2008 y 2009. Todas ellas, junto con sus
catálogos configuran un riguroso corpus de historia del arte y la
interacción de distintas civilizaciones a lo largo de tres milenios de
historia del antiguo Oriente Próximo.



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15 de septiembre de 2014









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